lunes, 29 de septiembre de 2008

Shadow Hearts, poniéndo a prueba tu cordura.

Japón, 2001
Desarrolladora: Sacnoth
Consola: PlayStation 2

Sin duda esta es una de las sagas de rol más peculiares. Shadow Hearts (no confundir con Kingdom Hearts) es un RPG de temática esotérica y terrorífica ambientado en nuestro mundo a principios del siglo XX, con algunas licencias en forma de anacronismos y un estilo de personajes desenfadado y cercano al del manga japonés, a pesar de que la estética es más realista.

Tenemos a Yuri, protagonista de trágico pasado y alma atormentada que puede fusionarse con varios demonios, y a Alice, personaje clave que es perseguida por varios antagonistas que quieren usar su poder para invocar a malvados dioses. Por el camino se van uniendo otros como Zhuzhen, senil maestro errante, Margarette, sexy espía amante de las armas, Keith Valentine, vampiro que bien podría ser primo del Vincent de Final Fantasy VII, y Halley, ratero juvenil que vive en las calles de Londres cual Oliver Twist.

La aventura se divide en dos partes bien diferenciadas. Primero la ambientada en China, donde los dos protagonistas principales se conocen en un altercado ferroviario. Aldeas encantadas, demonios chinos, militares japoneses y una conspiración en Shanghai. Luego, un año después, la acción se traslada a Europa, un castillo en las montañas, una ciudad francesa, las neblinosas calles de Londres y un monasterio en Walles. La historia está muy elaborada, pero el juego peca del vicio de la linealidad al más puro estilo Final Fantasy. Los escenarios son estáticos, con un aspecto de pintura y una belleza que se pierde un poco en las secuelas, al pasarlos al 3D.

Lo más característico del sistema de juego son las batallas, con su Judgement Ring y su penalización de cordura. El Judgement Ring es una suerte de ruleta en la que tenemos que ir pulsando el botón y alterar el efecto de nuestros ataques. Hace las peleas más dinámicas, aunque dificulta estudiar algo mientras subes niveles. Como si fuera una partida de La llamada de Cthulhu, nuestros personajes tienen puntos de cordura, y los van perdiendo en cada turno al entrar en combate. Al llegar a cero el personaje entra en modo berserk y escapa a nuestro control, aunque vuelve a la normalidad al acabar la batalla. También se puede ir curando, y es un factor más que vigilar y nos puede volver locos también a los jugadores. Y hablando de Lovecraft, algunas de las criaturas parecen sacadas de alguno de sus relatos o de su sobrino literario Clive Barker. Algunos de mis preferidos son el perro que en vez de morro tiene un brazo humano con el que se sostiene haciendo el pino y el fantasma de la chica bocabajo que aguanta con los pies un palo que tiene un cerebro pinchado. Hay una buena galería de fantasmas, monstruos y dioses que estomacar y sus diseños desafían nos pueden hacer dudar de la salud mental de sus diseñadores.

No contentos con esto, Yuri va acumulando las almas de los monstruos que va derrotando y aumentando la malícia en su alma. Para solucionar esto tenemos que ir a un lugar llamado el Cementerio donde purgarnos, y donde también podemos ganar nuevos demonios con los que fusionarnos. Todo esto parece que convierte el juego en una tortura, pero en realidad la dificultad se mantiene bastante baja, los combates no requieren de estrategias muy complicadas. Eso sí, los ultimos bosses y las misiones alternativas pueden joder la vida a más de uno.

Es un juego que puede haber perdido un poco con el tiempo, pero sigue teniendo un número importante de seguidores. Es secuela de Koudelka, otro peculiar juego que apareció en la primera PlayStation, y a su vez ha dado lugar a dos secuelas más. Curiosamente, la continuación, Shadow Hearts Covenant, parte del final "malo" de esta entrega, uno de los más deprimentes que se han visto en un videojuego.

7/10

1 comentario:

Chibimogu dijo...

Carlos, vuelve con nosotrooooos :D
A ver si te pasas más juegos raroncios y los comentas, jeje.