Japón, 2000
Desarrolladora: From Software
Consola: PlayStation 2
A veces es bueno buscar entre esos pequeños juegos olvidados, no por antiguos, sino por quedarse a la sombra de los colosos. Eternal Ring tuvo su oportunidad de acaparar atención, ya que fue uno de los primeros RPG, si no el primero, en 3 dimensiones para PlayStation 2, cuando aún no había comenzado ni a asomar el gran catálogo rolero que ha acabado teniendo esta consola. De todos modos, la atención estaba puesta en el venidero Final Fantasy X, y los demás juegos parecían platos menores con los que matar el gusanillo. Los de Eternal Ring lo sabían, y por eso la frase promocional en la parte trasera de la caja es digna de mención: "¿Quién dijo que las fantasías tenían que ser finales?". Viva la sutilidad.
From Software se había especializado en juegos con vista en primera persona, ya sean survival horror (Echo Night) o rol (King's Field). Precisamente de estos últimos Eternal Ring toma prestadas varias cosas, aunque no se trate de una secuela. De entrada lo de la vista subjetiva, la principal peculiaridad del juego, cosa casi ináudita en un RPG japonés, y algo que lo acerca bastante a juegos de rol ordenador, pero manteniendo una estética y un sistema de niveles y habilidades más del estilo japonés.
Cain Morgan es el protagonista, que se embarca a la misteriosa "isla del no retorno" en busca del legendario anillo que da nombre al juego y poderes inimaginables a su portador. La historia es un poco más compleja de lo que cabía esperar, con rivalidades entre rey y sabios, una guerra de la antigüedad y algunas cosas más que crean un trasfondo, más que formar parte del desarrollo del juego, ya que básicamente lo que tenemos es al héroe explorando la isla e interactuando con algunos de los personajes que hay y que nos informan de lo que ha pasado.
La ambientación, unida a los gráficos del juego, un poco desfasados vistos hoy, animan a avanzar por los varios escenarios de la isla, a mi por lo menos me han animado. Aunque empieza interesante y engancha a medida que uno va derrotando criaturas más fuertes y viendo nuevos paisajes la segunda mitad del juego se comienza a hacer repetitiva y el final parece cerrado con prisas. Por supuesto, el sistema es action y no por turnos, y las estrategias de batalla se basan en elegir que anillos llevar, a elegir entre varios. Los hay que alteran tus números y los que sirven para lanzar hechizos. Técnicamente no destaca demasiado en nada, pero tiene un par de melodías de las que se quedan en la cabeza para siempre.
El juego acaba rápido, pero para completar nos queda una mazmorra secreta y el sistema de creación de anillos, una de esos recursos tan efectivos que te mantienen jugando para completarlo todo a la vez que te hacen dudar de tu salud mental.
En resumen, Eternal Ring es como una mezcla entre rol occidental y oriental, que recomiendo especialmente (o únicamente, vamos) a fanáticos completistas de los RPG. Lo mejor que podemos decir de él es que es único. Lo peor, que es muy simple. En cualquier caso, es un título que merece la pena rescatar del olvido.
6/10
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