Japón: 1988, 1990
Desarrolladora: Capcom
Plataforma: NES
Sin duda el punto alto de la saga Megaman/Rockman en NES fue su tercera parte. Bueno, en realidad este puesto está un poco reñido con la segunda. Tal vez influya en mi opinión haber jugado primero, y en plena tierna infancia, al tercero. En cualquier caso, ambas entregas son sin duda lo mejor que se hizo en la consola.
Sólo un año después apareció la segunda entrega del robot azul. No dejaba de ser más de lo mismo, pero más grande y mejor. Aunque también tenía sus pérdidas por el camino, cosas como el sistema de puntos, o el poder volver a las fases ya superadas (aunque no había necesidad, ya que no habían objetos ocultos). Pero la fórmula vuelve a ser la misma: primero tienes que vencer a los ocho robots maestros ganando sus habilidades, y luego meter las narices en el laboratorio del doctor Wily, venciendo a nuevos jefes, de nuevo a los robots maestros y a un par de encarnaciones del doctor Wily.
Pero esta vez los robots son ocho: Wood Man en su bosque, Air Man en su peliagudo mundo aereo, Bubble Man y sus aguas con pinchos en el techo, Clash Man y su base vertical, Flash Man en su intrincada guarida, Heat Man y su mazmorra de lava y plataformas cabronas que aparecen y desaparecen, Metal Man y sus cintas corredizas y Quick Man, con una de las fases más duras, con esos descensos en los que esquivas rayos que te matan de golpe.
La fase del malvado doctor también tiene sus malos finales carismáticos, como el dragón volador y los ladrillos de las paredes, aparte de obstáculos como las plataformas voladoras y las caídas libres rozando paredes de pinchos. Todo esto, sin embargo, no es demasiado difícil si elegimos la dificultad fácil, expresamente pensada para jugadores occidentales con poca paciencia.
Aparte tenemos nuevos recursos que Megaman va ganando durante la aventura, como plataformas que ascienden, que sobrevuelan abismos o que le permiten saltar muros altos.
En fin, que todo en este juego está mejorado, el monigote es el mismo, pero los escenarios son algo más detallados y el juego es algo más duradero. ¿Puede mejorar la cosa? Pues sí lo hizo, con Megaman III.
Ya para empezar la melodía inicial de Megaman III es más emocionante, comienza suave y se vuelve más cañera. Además esta vez nos acompaña Rush, un perrete robot que hace la función de las armas alternativas en Megaman II, pero con más posibilidades y por supuesto más entrañable. Tenemos el Rush muelle, el Rush submarino y el Rush Jet, la ayuda definitiva.
El Dr. Willy se trae de nuevo a nuevos secuaces robot: Spark Man y sus bolas eléctricas, Snake Man y sur balas reptantes, Needle Man y sus pinchos, Hard Man y su capacidad para hacer temblar el suelo, Top Man girando como una peonza, Gemini Man y su capacidad de desdoblarse, Magnet Man y su energía magnética y Shadow Man, un robot ninja que puede joderte bastante a menos que le ataques con el arma más inútil del juego, quien iba a pensarlo. Los niveles cuentan con las mejores melodías de la saga y escenarios tan impactantes como las serpientes gigantes de Snake Man o la base propensa a los apagones de Shadow. Además tenemos que cargarnos a robots de tamaños considerables dentro de las fases, como el gato o la cabeza gigante.
Pero un aliciente añadido es la aparición en varios niveles de un misterioso robot, Break Man, que tenemos que vencer varias veces a lo largo de la aventura. Incluso antes de acceder al laboratio de Wily. Pero antes, por vez primera y última en la saga de NES, tendremos que volver a cuatro de los niveles anteriores, visiblemente alterados, y vencer hasta ocho veces a un tal Doc Robot, poseído por los robots maestros del Megaman II. ¡Lo inesperado! Y finalmente, sí, en el laboratorio de Wily aguardan personajes tales como unas tortugas robot, el regreso del cíclope naranja de Megaman I y tres copias del protagonista, además de tener que vencer otra vez a los ocho robots maestros y al doctor, dos veces.
El final nos trae drama y un poco de historia adicional, para finalizar viendo a Megaman corriendo por el campo y mirar hacia el cielo, melancólico. Y la música es de lo más emocionante que se ha hecho en una NES. Haría llorar hasta a un robot.
Por todo esto, Megaman III es mi preferido. Sigue siendo lo mismo, pero mejor. Más de lo que puede decirse de los que venían detrás...
10/10, ambos.
De momento parece que sólo hablo de juegos excelentes.
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