viernes, 4 de julio de 2008

Megaman

Título original: Rockman
Sistema: NES
Japón, 1987

Hace poco se ha anunciado la novena entrega de Megaman (Rockman, en Japón), la vuelta del robot azul a la saga que le vió nacer. No sólo eso, sino que se pretende volver a la estética del original, después de tantas cambios y sagas alternativas. Por eso, comienzo este repaso a los Megaman de NES, seis juegos que fueron apareciendo a un ritmo bastante rápido y que gran parte de las críticas que reciben es que cada uno aporta poco al anterior. El diseño del sprite protagonista no cambia en ninguno de los juegos. Es por eso que jugarlos muy seguidos tiene el mismo efecto que escucharse la discografía de los Ramones del tirón.

El objetivo del juego es el siguiente. Tú eres el robot bueno, creado por el Doctor Light y tienes que luchar contra los robots malos del malvado doctor Willy. La relación entre los dos viene a ser parecida a la del Doctor Xavier y Magneto, antiguos compañeros pero ahora rivales. Uno quiere usar los robots para ayudar a los humanos y el otro para dominarlos, en un mundo donde los robots están por todas partes.

El primer Megaman tiene dos características que eran bastante poco frecuentes en la época. Primero, podías elegir fase y completarlas en el orden que te apeteciera. El menú de juego presenta a los seis robots maestros sicarios del doctor Willy, cada uno con sus características propias: Elec Man, que domina la electricidad, Cut Man, lanzador de cuchillas, Bomb Man, que dispara bombas que explotan al poco rato, Guts Man, capaz de coger rocas y lanzarlas, Fire Man, el fuego y Ice Man, el hielo. El segundo rasgo distintivo es que, una vez vences a uno de ellos consigues su poder. Además, cada uno de estos poderes es el punto débil de uno de los enemigos finales, con lo que descubrirlo hacía las cosas más fáciles.


Cada uno de los seis niveles iniciales es temático según su jefe: hielo, lava, zona minera... y la estructura se establece en este primer juego, siendo luego repetida hasta la saciedad. Momentos de desplazamiento horizontal se alternan con los verticales, escaleras de mano mediante. Por el camino hay que combatir enemigos robot que se regeneran si vuelves al mismo lugar. Al vencerlos pueden dejar objetos en su lugar, como energía e incluso vidas extra. Dos de los obstáculos aparecen ya y nos tocarán los huevos durante toda la saga: las plataformas que aparecen y desaparecen y los pinchos, que nos fulminan de golpe. Curiosamente, hay otros elementos que se suprimirán en la secuela, como el marcador de puntos y la posibilidad de volver a las fases ya superadas (que nos sirve para coger un power up que tal vez no hemos podido coger antes, el rayo magnético).

Una vez vencidos los robots maestros toca superar los pocos niveles del castillo del Doctor Willy, cada uno con nuevos jefes finales (a destacar el cíclope naranja gigante), volver a combatir a los seis robots maestros y finalmente al malvado doctor. El camino es difícil como sólo los juegos de aquella época lo son, pero este es sólo el comienzo. Capcom acababa de dar a luz a una de sus gallinas de oro.

Si Megaman pasó a la historia es gracias a sus innovaciones ya mencionadas y a su gran jugabilidad. Uno no se cansa de esquivar y de disparar a la vez que pasas niveles, y por eso el juego, aunque corto, es altamente rejugable. Pero también destaca por su carisma, impreso en sus personajes y en sus gráficos y banda sonora. Los coloridos gráficos, que en la ridícula carátula estadounidense calificaban de "State-of-the-Art" eran muy detallados para las posibilidades de la Nintendo, además el diseño de los robots (a mí siempre me ha recordado a Tezuka) es simple y con mucha personalidad, para los pocos píxels que los forman. Por último la banda sonora, uno de los grandes aciertos de la saga, muchos de estos temas se te quedan en la cabeza para siempre.

Y esto es Megaman. Un clásico imprescindible que hoy en día conserva todas sus cualidades intactas.

10/10

1 comentario:

Chibimogu dijo...

charli! soy luis, tu broda me ha dao la direccion de tu blog. Muy bueno tío! Pásate por el mío cuando puedas, se llama glintas.
un saludo!!